Los últimos avances tecnológicos están
transformando muchos ámbitos de la sociedad y su impronta tiene un
especial eco dentro del marco del conocimiento y la educación,
convirtiéndose en uno de los requerimientos básicos para el desarrollo
de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
De la irrupción de las tecnologías en la
educación surge el reto de conocer, entender e implementar el modo en
que éstos medios tecnológicos (portátiles, tablets, plataformas en
línea, webs, blogs, entre otros) nos llevan a dar soporte a las
actividades de enseñanza-aprendizaje que buscan el desarrollo de
capacidades y habilidades en los alumnos de educación superior, de
manera que los medios disponibles sean utilizados como una vía para
adquirir conocimiento e interpretar la información adquirida.
En base a esta premisa surge el proyecto NMC Horizon Project,
una iniciativa de análisis de tecnologías emergentes en educación,
investigación, creación y gestión de la información. Esta iniciativa
comenzó en el año 2002 con el fin de aportar datos científicos y de
análisis, que ayuden a los educadores a implementar las nuevas
tecnologías en los actuales modelos de enseñanza.
El informe de este año, en colaboración con EDUCAUSE Learning Initiative,
se hace eco de cuáles serán las tecnologías a adoptar en los próximos
cinco años dentro del ámbito educativo. Según este informe, la fabricación digital tendrá una importante relevancia en la educación, la ciencia y la investigación creativa, y asegura que la impresión 3D será una de las tendencias que se adoptarán en la enseñanza superior en un plazo de entre cuatro y cinco años.
En primer lugar, el conocimiento de los
procesos de impresión en tres dimensiones, desde el diseño hasta la
producción, así como la participación activa del alumno en el proceso,
ofrecen un abanico de propuestas didácticas muy interesantes.
Por otro lado, a través réplicas impresas en 3D,
se puede facilitar acceso a elementos de forma fácil y rápida, como
partes de la anatomía animal u objetos frágiles como fósiles,
permitiendo a los estudiantes manipular libremente estas replicas para
complementar sus conocimientos.
En el portal de innovación en la educación Getting Smart, en el que también se ha basado el informe del NMC, se proponen hasta 7 formas de usar una impresora 3D en el ámbito de la educación:
Por un lado, la impresión 3D permitiría
replicar de forma fiel las partes de la anatomía de cualquier ser vivo
para su estudio en Biología o imprimir mapas topográficos de cualquier área para estudios de Geografía. Dentro del campo del Diseño Industrial o el Diseño Arquitectónico, permitiría al alumno reproducir piezas a escala de sus diseños para fabricar prototipos de trabajo. En el ámbito de las Artes Plásticas o el Diseño Gráfico,
permitiría obtener objetos tridimensionales de sus obras en las fases
de proceso creativo. Y por último, dentro del ámbito de la Historia,
se podría obtener réplicas de las construcciones y utensilios de las
civilizaciones antiguas para ayudar a los alumnos a entender mejor cómo
se vivía en el pasado.
Hasta hace bien poco, el elevado coste de
la impresión 3D había dificultado el acceso por parte de instituciones,
profesionales y aficionados a la tecnología, pero su versatilidad de
aplicaciones ha generado una gran expectación: la demanda ha consolidado
la producción y venta de estas impresoras, a un precio mucho más
asequible al público interesado.
En base al informe del Consejo Atlántico de los Estados Unidos (ACUS), donde también se hace mención a las importantes ventajas que la tecnología de impresión 3D puede ofrecer para ámbitos como el diseño, la innovación y la educación, ya hay algunas empresas fabricantes como MakerBot Industries que han desarrollado planes piloto para implementar estas tecnologías en centros educativos de Nueva York.
De la misma forma, MakerBot está poniendo en marcha una serie de iniciativas públicas a través de Thingiverse, una comunidad en línea con 6.000 impresoras MakerBot (denominado Thing-O-Matic) que pretende convertirse en una plataforma de impresión digital 3D. Esta comunidad, a través de iniciativas como el proyecto Shelter, pretende poner en marcha proyectos educativos ofreciendo su plataforma de trabajo y su tecnología de impresión 3D a centros educativos y proyectos colaborativos.
Parece ser que todo apunta a que en pocos años, las impresoras 3D
pasarán a ser un dispositivo más, que junto al portátil, el
videoproyector y el sistema de audio, formarán parte del mobiliario
imprescindible del aula de cualquier centro de enseñanza. Atrás quedarán
las maquetas con cartón, los modelos con arcilla y el olor a pegamento,
con las que mucha gente de mi generación y yo disfrutamos hace algunos
años en estas mismas aulas.
Fuente: http://blogthinkbig.com/impresion-3d-recurso-educativo/
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